Entre los dulces de fechas especiales, ¡no puede faltar un roscón de Reyes para acompañar a los regalos!
Al igual que mis trenzas y ese tipo de bollos, lo importante del roscón y, lo que lo va a diferenciar de muchos otros, es que nos quede un bollo suave y esponjoso y eso sólo se consigue amasando con mucha paciencia y tiempo suficiente. Recordad que la masa nos tiene que quedan bastante pegajosa y que amasarla será complicado. Ayudaos de las paletas que os mostré en la receta de bollos de mantequilla y haced los movimientos envolventes para introducir aire en la masa. Cuando más tiempo dediquemos al amasado, mejor será el resultado.
Nivel de Dificultad: 2
Ingredientes:
Para el roscón:
- 550 gramos de harina de fuerza
- 125 gramos de mantequilla
- 30 gramos de levadura de panadero (o fresca)
- 5 gramos de sal
- 150 gramos de azúcar
- 200 mL de leche
- 3 huevos
- Agua de azahar
- Piel de media naranja y de medio limón
Para decorar el roscón:
- Un huevo batido
- Frutas escarchadas
- Almendras fileteadas
- Azúcar perlado (granulado)
Preparación:
Antes de comenzar, calentamos en un cazo la leche con la piel de la naranja y del limón para que coja gusto a estos (sólo utilizaremos la parte de color de la piel, ya que la parte interna blanquecina puede amargar la mezcla). Removemos unos minutos y colamos la mezcla para retirar las peladuras. Dejamos enfriar la leche (que no supere los 37ºC).
Cuando la leche se encuentre a unos 35ºC más o menos, le añadimos una cucharada de azúcar (a restar de la cantidad total), 150 gramos de harina y los 30 gramos de levadura para hacer la masa madre. Dejamos reposar la mezcla en un cuenco cubierto con un paño húmedo hasta que la masa duplique o triplique su tamaño.
Por otro lado, en otro cuenco mezclamos 400 gramos de harina con la mantequilla, amasando con las manos hasta incorporar la mantequilla por completo. A continuación, añadimos la sal y el azúcar y mezclamos todo. Añadimos los huevos y un chorrito de agua de azahar (la cantidad será al gusto de cada uno, con un chorrito es suficiente para dar aroma al roscón). Esparcimos un poco de harina por la encimera y volcamos la masa sobre la misma, para trabajarla con las manos con movimientos envolventes. Podemos mancharnos las manos con un poco de aceite para que no se nos pegue la masa, aun así, se nos seguirá pegando a medida que la masa nos absorba el aceite, pero como yo digo: si la masa se nos pega en las manos y en la encimera, ¡es buena señal!.
Cuando esté todo bien mezclado, añadimos la masa madre a la nueva mezcla y amasamos hasta juntar ambas masas correctamente. Con este amasado retiramos todo el aire de la mezcla y lo introducimos de nuevo para el segundo levado. Dejamos reposar la masa, de nuevo, hasta que duplique su tamaño.
Cuando esté todo bien mezclado, añadimos la masa madre a la nueva mezcla y amasamos hasta juntar ambas masas correctamente. Con este amasado retiramos todo el aire de la mezcla y lo introducimos de nuevo para el segundo levado. Dejamos reposar la masa, de nuevo, hasta que duplique su tamaño.
A continuación, volvemos a amasar de la misma forma, pero esta vez hacemos un agujero en el centro de la masa y colocamos un cortapastas redondeado en su interior. Dejamos levar la masa el tiempo suficiente para que aumente de tamaño (podemos introducirla en el horno a unos 30ºC para facilitar el levado).
Por último, antes de hornear la masa, pintamos el roscón con el huevo y un pincel (de forma cuidadosa para que no se nos baje la masa) y decoramos la superficie con las frutas escarchadas y el azúcar perlado o, si lo preferís, con almendras fileteadas y azúcar, a gusto de cada uno.
Para terminar, horneamos el roscón a 190º vigilando que no se nos dore demasiado.
Para que el roscón quede aun más delicioso, podemos cortarlo por la mitad y rellenarlo de crema de nata o de crema de mantequilla.
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