Tarta de queso fresco, ligeramente salada (aunque podemos hacerla todo lo dulce que queramos aumentando la cantidad de azúcar empleada). Exquisita servida tal cual y más dulce si le colocamos una mermelada por encima. La mejor opción, una de frutos del bosque.
Nivel de Dificultad: 1
Ingredientes
Ingredientes para la base (pasta brise):
- 250 gramos de harina
- 150 gramos de mantequilla
- 60 gramos de azúcar glass
- 1 huevo
Ingredientes
para el relleno:
- 250 mL de nata
- 125 mL de leche
- 185 gramos de queso fresco
- 50 gramos de azúcar
- Una cucharadita de sal (unos 5 gramos)
- 40 gramos de maizena
- 3 huevos
Preparación:
Para
hacer la pasta brisa colocamos la harina sobre la encimera y hacemos
un pequeño orificio en el centro de la misma, a modo de volcán. En
su interior colocamos el resto de ingredientes; la mantequilla, el
azúcar y el huevo. Mezclamos todo, incorporando poco a poco a la
mezcla la harina de las esquinas, hasta obtener una masa homogénea.
Dejamos reposar en la nevera una hora.
En
un bol, mezclamos la nata y el queso, hasta desmenuzarlo y obtener
una mezcla más o menos homogénea (pueden quedar pequeños
fragmentos de queso).
En
otro bol, batimos las yemas con el azúcar y la sal.
En
un vaso que contenga los 125 mL de leche añadimos la maizena. Es muy
importante que la leche esté fría para que la maizena se disuelva.
Colocamos
todo lo anterior en un cazo y calentamos a fuego lento sin dejar
hervir la mezcla (sin dejar de dar vueltas con la barilla). El tiempo depende de cada uno, pero la mezcla irá
engordando a medida que calentemos.
Cuando
tengamos una mezcla con consistencia suficiente, la vertemos sobre el
molde y lo introducimos en el horno precalentado a 180ºC durante 45
minutos. Si no queremos que se queme la superficie de la tarta,
podemos colocar un poco de albal sobre la misma.
Podemos
servir la tarta tal cual o cubrirla con algún tipo de mermelada.
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