Trenza suiza

Nivel de Dificultad: 2-3

Esta receta la hago en honor a mis raíces suizas y también porque es la que más le gusta al señorito de la casa. Se puede comer con mermelada, queso o, como a él más le gusta, con jamón del bueno!

Ingredientes:

• 700 gramos de harina de fuerza
• 100 gramos de mantequilla
• 100 gramos de azúcar
• 1 cucharadita de sal
• 3 huevos grandes
• 35 gramos de levadura fresca
• 250 mL de leche templada (máximo 35ºC)

Preparación:

Masa madre:

Disolvemos la levadura en 50 mL de leche tibia (máximo a 35º - 40ºC porque a partir de esta temperatura podemos estropear la levadura y no nos crecerá la masa) y lo mezclamos con una cucharada de azúcar (a restar de los 100 gramos) y harina poco a poco hasta formar una bolita. Cubrimos y dejamos reposar hasta que duplique su tamaño.

Masa final:

Cuando la masa madre haya crecido, mezclamos los 700 gramos de harina con el azúcar restante, la sal y la mantequilla. A continuación, añadimos dos huevos y el resto de leche y removemos hasta obtener una masa homogénea. Por último, mezclamos esta masa con la masa madre y amasamos un rato de forma que introduzcamos aire en la masa. Dejamos levar la masa una hora (o el tiempo suficiente para que aumente de tamaño).

Tened en cuenta que para que las trenzas nos queden esponjosas y riquísimas tendremos que trabajar con una masa lo más pegajosa posible. Yo amaso a mano y puede resultar bastante duro, pero el resultado merece la pena. Cuanto más trabajemos la masa, más aire le incorporaremos y mejor crecerá. Otra opción es introducir todos los ingredientes en un recipiente de amasadora.

Una vez crecida la masa volvemos a amasar quitando el aire. Formamos las trenzas y las introducimos en el horno a 40ºC (de esta forma facilitamos el levado) hasta que dupliquen o tripliquen su tamaño (el tiempo dependerá de cada horno, a mi me ha llevado más o menos una hora). Sacamos las trenzas del horno y las pintamos con cuidado con un pincel de silicona mojado en huevo batido. Ponemos el horno a 190ºC y volvemos a introducir las trenzas vigilando que no se doren demasiado.