Nivel de Dificultad: 3
Los bollos de mantequilla son típicos de Bilbao. Esta receta es difícil de hacer, en especial por el amasado de la masa que, al igual que con
la trenza suiza, es recomendable que esté lo más pegajosa posible para poder
disfrutar de un bollo muy esponjoso. Pero si tenéis una amasadora no creo que
supongan ningun problema. En caso de amasar a mano, como hago yo, recomiendo que
dispongáis de unas paletas que podréis encontrar en tiendas de menaje de cocina
o incluso en el supermercado (yo por ejemplo las encontré en un supermercado,
os pongo la foto para que os hagais una idea de a lo que me refiero). Estas paletas
son muy útiles para rascar la masa que se queda pegada en la encimera y para
manejarla de una mano a la otra sin que se nos pegue tanto porque, tened en
cuenta, que cuanto más tiempo amasemos, mejor será el resultado (hay que
trabajar la masa unos 15 minutos).
Con todo esto explicado, ¡vamos a por la receta!
Ingredientes
150 gramos de harina de fuerza
- 100 ml de leche tibia (máximo 35-40º)
- 25 gramos de levadura fresca
- Una cucharada de azúcar
Disolvemos la levadura en la leche tibia y a añadimos a la
harina y el azúcar. Mezclamos hasta hacer una bola y dejamos reposar cubierta
con un paño húmedo hasta que, como mínimo, duplique su tamaño (una hora más o
menos).
Para la crema de mantequilla:
-
105 ml de agua
-
210 gramos de azúcar
-
375 gramos de mantequilla
Calentamos el agua en una cazuela e incorporamos el azúcar
hasta llevar a ebullición y sin que supere 110ºC. Dejamos calentar durante 5
minutos y retiramos. Dejamos enfriar. Cuando el almíbar esté frio, lo
incorporamos poco a poco a la mantequilla en pomada (en la batidora) hasta
obtener una crema blanquecina y suave.
Para la masa:
-
400 gramos de harina de fuerza
-
7 gramos de sal
-
125 gramos de azúcar
-
125 gramos de mantequilla pomada
-
4 huevos (unos 200 gramos)
-
100 ml de leche
-
25 gramos de levadura fresca
-
200 gramos adicionales de harina
Preparación:
En un recipiente, mezclamos los 400 gramos de harina, con la
sal, el azúcar y la mantequilla pomada (para lo cual la habremos dejado unas
horas fuera de la nevera) cortada en daditos. Mezclamos todo con las manos
hasta que la mantequilla esté totalmente incorporada a la mezcla.
Disolvemos la levadura en la leche tibia y la incorporamos a
la mezcla anterior, al igual que los 4 huevos (mejor de uno en uno). Amasamos todo
hasta conseguir una consistencia homogénea (que será bastante líquida y pegajosa).
Ahora es cuando, poco a poco, vamos añadiendo la harina que habíamos reservado
(esos 200 gramos) repartiéndola entre la masa y la superficie sobre la que
vayamos a trabajar. Veréis como va adquiriendo mejor consistencia pero sin
dejar de ser elástica y pegajosa.
A continuación, uniremos las dos masas. Trabajad esta nueva
masa como os he indicado arriba.
Palas para el amasado
Dejamos reposar en un recipiente tapado con un paño húmedo
el tiempo necesario para que la masa triplique su tamaño (dependiendo de la
humedad de la estancia, el tiempo será variable, a mi me llevó más o menos 1h
30 min).
Es hora de volver a amasar. Es importante quitar todo el
aire de la masa y volver a trabajarla durante unos 10 minutos para
incorporárselo de nuevo. Antes de dejarla reposar, formaremos los bollos. Mi masa,
después de los dos levados, pesaba sobre 1400 gramos así que formé 25 bollos de
unos 55 gramos cada uno. Coloqué en una bandeja sólo 9 bollos, con buena
distancia unos de otros ya que tenéis que tener en cuenta que al volver a levar
crecen de nuevo (¡y bastante!). En total hice 3 bandejas.
Colocamos las bandejas con los bollos en el horno a máximo
40º para favorecer el levado y hacerlo más rápido (recordad que a partir de esa
temperatura la levadura deja de actuar). Aquí si que cada uno tiene que
controlar su tiempo porque los hornos calientan de formas muy diferentes. Mis bollos
tardaron en triplicar su tamaño 1h 30 min.
Cuando hayamos conseguido el tamaño deseado, pintamos los
bollos con un huevo batido y les echamos por encima un poco de azúcar. Precalentamos
el horno a 225º y horneamos las bandejas una a una. En unos 5 minutos estarán
doraditos y hechos, ¡pero vigiladlo continuamente porque se hacen muy rápido!
Cuando tengamos los bollos hechos, los dejamos enfriar. Los partimos
por la mitad y los rellenamos con la crema de mantequilla.
En mi opinión, la primera vez que hagáis esta receta,
deberíais usar la mitad de todos los ingredientes para hacer 12 bollos y, si os
gustan, ¡a por los 25 la próxima!
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