Esta tarta de pera con base de hojaldre es sencillísima de hacer y, de verdad, una exquisitez, si la servimos caliente acompañada de una cucharada de algo frío, como puede ser helado de vainilla o nata, como con la tarta Tatin, o como nos encanta a nosotros, con helado de queso Idiazabal.
Nivel de Dificultad: 1
- 4 peras
- Una lámina de hojaldre
- 100 gramos de azúcar
- 50 gramos de mantequilla
- El zumo de una naranja
Esta tarta se hace del revés, se coloca primero el relleno en el molde y se cubre con la base de hojaldre.
Pelamos las peras, las partimos por la mitad en sentido vertical (quitándoles el corazón) y las colocamos en un molde redondo, con la parte redondeada apoyada sobre el molde.
Pelamos las peras, las partimos por la mitad en sentido vertical (quitándoles el corazón) y las colocamos en un molde redondo, con la parte redondeada apoyada sobre el molde.
Consejo: NO utilicéis los moldes desmontables que tienen un base que se introduce en una circunferencia, porque el caramelo, al calentarse en el horno, puede escurrirse por la unión de las piezas. Esto me pasó a mi la primera vez y no veáis qué chasco!, aunque la tarta quedó deliciosa, tenía poco caremelo y, el poco que quedaba, bastante duro.
Después de este consejo continuamos con la receta. En un cazo, colocamos el azúcar y la mantequilla, lo calentamos hasta obtener una mezcla que se irá oscureciendo poco a poco. Añadimos el zumo de naranja y removemos la mezcla para que vaya reduciendo. En el momento que adquiera un color marrón tostado estilo toffee, nuestra mezcla estará suficientemente hecha, así que retiramos del fuego.
Después de este consejo continuamos con la receta. En un cazo, colocamos el azúcar y la mantequilla, lo calentamos hasta obtener una mezcla que se irá oscureciendo poco a poco. Añadimos el zumo de naranja y removemos la mezcla para que vaya reduciendo. En el momento que adquiera un color marrón tostado estilo toffee, nuestra mezcla estará suficientemente hecha, así que retiramos del fuego.
Vertemos la mezcla sobre las peras. Extendemos una lamina de hojaldre y la estiramos hasta supere el tamaño del molde. Con ella cubrimos todo el molde. Pinchamos el hojaldre con un tenedor y lo introducimos en el horno precalentado a 180º, durante unos 20 minutos, aproximadamente. Si os gusta el hojaldre menos tostado deberéis vigilar el horno y sacar la tarta un poco antes.
Para terminar, desmoldamos la tarta dejando el hojaldre en la parte de abajo (es decir, le damos la vuelta y lo volcamos sobre el plato). Dejamos enfriar 5 minutos y estará lista para ser servida. Os recuerdo que servida calentita y acompañada de un poco de helado ¡está exquisita!
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